EDENTIA

Semiorientados hacia una tierra remota
parpadean mis ojos,
avizoro entre nubes una flor, un fantasma sin rostro,
ciego tal vez me he vuelto,
embarazado de incógnitas esboza el firmamento
una sonrisa inmaculada
luciendo el sino de la más alta blancura;
tal el axioma que me envuelve es Edentia,
iridescentes átomos la visten de olvido y despertar,
narro de mil maneras esta historia,
camino hacia estrellas que ya fueron
pensando en las estrellas que serán
unificadas en tu Rostro;
vivo un rapto de nostalgia,
navego hacia una bahía receptora de miedos
que me engulle sin pausa... Soy mi propio temor.
Desde lejos arriba una pregunta:
Edentia,
¿tuya es ese alma gris que se desangra?
Si la respuesta es sí, procuraré tu alivio.
Si la respuesta es nula o simplemente no:
tal vez no existes y te he inventado.

EL BESO

Y los labios se encrespan en el beso...
César Vallejo

El beso deja el cuerpo sonrojado;
conquista con su ardid, suave y silente,
en un poso de euforia te sumerge
llevándote a vivir un loco hallazgo.

El beso entibia un rostro con encanto,
aprisiona otra boca lentamente,
es un conjuro, un pábulo indeleble
que nos desplaza al filo del desmayo.

El roce de los labios entre brumas,
nos acerca a las puertas de la luna
generando una mágica pasión.

Dos lenguas que se trenzan con dulzura
buscan la quintaesencia del amor,
sellan un beso, pacto de fruición.