FATE MOTIV

En mi piel resurge el musgo del atardecer. Será mejor que inyecte una ilusión de vértigo. Cuestionar la sinergia de los vientos. Prometí que lo haría, mas no he cesado de subir una escalera hecha de bucles (subirla no sin bajarla); ruego poder capturar un parpadeo para mantener la imagen de ese niño que fui, que dije ser. El clímax de ese muro que se erige repentino. ¿Qué establece el punto que ya no es aparte ni seguido? ¿Qué extraño juego es el que se reitera? Un choque de penumbras inmiscibles, cara del que observa la y su reflejo; no existe indulto, no me han llamado, no me expulsan. Será que al final de todo hasta los suelos se desintegran.

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