PUNTO
Y. NO FINAL
muertos
después
de la muerte
nos
quedamos
dibujando
un nuevo abrazo
nuevo
en su virginidad paciente
vivos
al
ver lo que no era la música
perteneciente
a nuestro beso
y
mientras
construimos
el concepto
que
comprende el estar ahí
nos
morimos
hasta
el amanecer
nunca
la noche -en su implacable fulgor-
nos
había hecho sentir
que
creyendo estar
muertos
despertaríamos más de una vez.